LA CONSTRUCCIÓN ROMANA II
Construcción de una bóveda romana con esqueleto interno de ladrillo
MÉTODOS DE EJECUCIÓN DE LAS FABRICAS CON ARGAMASA U HORMIGÓN
ROMANO
Estos métodos se solían aplicar en dos casos:
A) Obras de cimentación por compresión.
B) Relleno interior entre muros de sillería,
1) por compresión
2) sin compresión
Muro romano con núcleo de hormigón apisonado y paramentos de
sillería.
OBRAS DE CIMENTACION ROMANAS:
Una vez excavada la cimentación, canteados los paramentos para obtener la verticalidad, limpieza de tierras y una profundidad hasta terreno firme apropiada, quedaba la excavación preparada para la ejecución del cimiento.
La resistencia aparente del terreno, se lograba mediante golpes de pisón cerca de un cuenco casi lleno de agua, que mediante su vibración indicaba bajar a mayor profundidad.
Los Romanos, ejecutaron por compresión los cimientos de sus principales edificios y dependiendo de la profundidad, se realizaba entibación. La restitución del entibado original en algunas obras realizadas por ellos, ha sido conocidas gracias a que los pies derechos y tablas de entibación se pudrieron” in situ”, con un encofrado perdido ,dejando su hueco y huella de su existencia.
Zanja de cimentación
con hormigón apisonado (Jardines
de la Farnesina).
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN CON HORMIGÓN ROMANO APISONADO O
POR COMPRESIÓN:
Se realizaban por extensión de capas alternas de
mortero, piedras y un posterior
apisonado. En primer lugar, se extendía entre los paramentos una espesa capa de 10 a 15 cms. de mortero
romano, elaborado con cal, puzolana y arena gruesa. Después, por encima de esta
otra capa; con una pala, se vertía
pequeños fragmentos de piedra, de
igual grosor para luego proceder a un
apisonado enérgico que refluyera en todos los intersticios.
Una vez que estas capas, alcanzan el nivel superior de la última hilada de sillares del paramento (en muros), o bien, la parte superior de una cimentación, se echaba el polvo de piedra procedente del devaste de sillares y a continuación, se realizaba otro apisonado para que el mortero cerrara los últimos huecos.
Una vez que estas capas, alcanzan el nivel superior de la última hilada de sillares del paramento (en muros), o bien, la parte superior de una cimentación, se echaba el polvo de piedra procedente del devaste de sillares y a continuación, se realizaba otro apisonado para que el mortero cerrara los últimos huecos.
El polvo de piedra, impedía que el mortero fluyera a la superficie, evitando que se adhiriera a los pisones, favoreciendo así su compactación.
Repitiendo estas operaciones y tratándose de un ancho muro, su núcleo quedaba compuesto por un relleno apisonado de sucesivas capas y, también ocurría lo mismo en las cimentaciones por compresión.
PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN CON HORMIGÓN ROMANO O ARGAMASA,
SIN COMPRIMIR:
La característica general de no apisonar el hormigón, posibilitaba que
no se encofraran los muros con madera. Se sustituía la madera por revestimiento
de ladrillo que se adhería perfectamente
al hormigón y el muro subía todo a la vez.
El trabajo se organizaba en dos fases: En la primera, se vertía con palas una gruesa capa de mortero, y en la segunda, se iban sentando las piedras y cascotes sobre ella de forma ordenada y en horizontal.
Los puentes de los andamios de madera, formaban un primer atado dentro del hormigo, que una vez servidos; se serraban a ras del paramento, dejando para la posteridad unos mechinales de iguales formas a las que tenían en origen.
Los romanos, añadían otro sistema de atado, más eficaz y costoso que consistía: atravesaban los muros a distintos niveles por hiladas aisladas de grandes ladrillos que trababan ambos paramentos. Estos ladrillos, solían ser cuadrados de 60 cms., formando verdugadas dispuestas en horizontal cada 1,5 mts., aproximadamente.
La justificación del empleo de piedras pequeñas y no fragmentos mayores, está en que si estas presentasen un volumen considerable, se produciría una absorción brusca de agua, pudiendo llegar a desecar y reducir el mortero a un estado pulverulento proporcionando una menor durabilidad y resistencia.
1- Aparejo de un revestimiento de ladrillos triangulares
2- Efecto del apisonado del núcleo de hormigón sobre los paramentos.
Encofrado de un muro de tapia
BIBLIOGRAFIA: Los 10 libros de Marco Vitruvio Pollion siglo II d C, 9º tomo de Violet-Le-Duc 1868, textos de Caumont,Lassus,Willis 1843, Pedro Augusto Hurtado cimbras románicas y góticas 2008, Augusto Choisy 1899, Andrea Palladio 1570./ Autor blog: Antonio Alcácera Romeo /2014 Zaragoza (E).
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